
Por Tomás Mileo
Solo hubo un equipo en la cancha. Las camisetas rojas se adueñaron del verde césped para dar una exhibición de fútbol. España aplastó a Costa Rica y lo goleó 7-0 con un sello barcelonista impregnado por Luis Enrique. De principio a fin, el conjunto europeo fue dominador de la pelota y finalizó con, casi, el 90% de la posesión.
El actual comandante de La Roja, cuando era director técnico del Barcelona, dio su veredicto sobre la importancia en el porcentaje de dominación del esférico: “La posesión de balón es un medio para conseguir un fin. El fin es ganar los partidos”. Esa fue su principal herramienta, empuñada por un mediocampo que mezcló diferentes factores: primero, la experiencia de Sergio Busquets. El capitán fue el director de la orquesta sinfónica, y todo pasó por él. Conformó el vértice de un triángulo con los centrales, Rodri y Laporte, para manejar las salidas desde el área propia.
Jugando simple, a dos toques. Profundizando cuando fue necesario, pero siempre triangulando para generar, y romper espacios. En el costado derecho del mediocampo se lució Gavi, formando la unión entre su posición como interno con el extremo derecho de la delantera española, que ocupó Fernan Torres y utilizando los desmarques de Azpilicueta (lateral derecho).
Por la zona izquierda, el fútbol pasó por Pedri, quien conformó un tándem fenomenal con Dani Olmo, que jugó de wing por este sector, y las tan características subidas de Jordi Alba. En cada costado de la cancha las referencias son tres jugadores, la misma cantidad de lados que un triángulo.
Como hombre de área jugó Marco Asensio, con un rol, tan discutido y utilizado, de “falso 9”. Este concepto y disposición táctica fue más que eficiente ya que el jugador del Real Madrid, ante una línea de cinco defensores de Costa Rica, no otorgó referencias y utilizó esta libertad de acción para juntar pases con los extremos y los volantes, cada vez que se desprendían de sus posiciones originales, y atacar el punto penal cuando creyó necesario.
Los goles fueron convertidos por: Fernan Torres (dos); Marco Asensio; Dani Olmo; Gavi; Carlos Soler y Alvaro Morata. Este último anotó el séptimo y lo celebró como si su tanto hubiera destrabado el partido. Las críticas hacia su persona son muchas, pero Luis Enrique, el cerebro de un proyecto a futuro que se transformó en presente, siempre lo defendió con capa y espada: “No creo que haya ni un entrenador que no le admire”, comentó en una conferencia de prensa durante la Eurocopa 2020.
El próximo domingo, desde las 16hs, España se medirá frente a Alemania y tendrá que demostrar, nuevamente, que el rótulo de candidato le queda pintado.