
Desde Doha
El fútbol se mostró finalmente en el Mundial, y los contratiempos también se presentaron para el equipo de Misión Catar. Las caminatas hacia los estadios son cada vez más largas, y el fastidio que provoca encontrar las puertas de acceso para la prensa va en aumento.
Los viajes constantes tienen el efecto de que los elementos de trabajo puede extraviarse. Entre computadoras, cables, libretas, celulares y cargadores, hay serias probabilidades de que algo pueda ir quedando en el camino.
El domingo comenzó con la desesperación de Juan Panno cuando se descendió del micro que traslada hacia el metro, y su teléfono no aparecía por ningún lado. «Quedó en el colectivo», exclamó. La búsqueda dio resultado y el artefacto se había caído en uno de los bolsillos de la mochila.
El final del primer partido entre el local y Ecuador fue otro momento de tensión. El mismo teléfono no estaba cuando se llegó a la sala de prensa desde el pupitre en el estadio Al Bayt, y el protagonista aseguraba que lo había dejado en aquel sector. La tensión bajó cuando volvió a estar en otro lugar del equipaje. El primero día fue a pura intensidad, y la estancia es larga.