Misión Catar 2022 16 de noviembre de 2022

Por Vito Amalfitano

El escenario es lo que sirve. El estímulo. Los hinchas de Argentina, no necesaria ni mayoritariamente argentinos, que llenaron el estadio de Abu Dhabi para ver a Messi y compañía ofrecieron lo que más necesitaba la Selección Argentina de fútbol antes del debut en el Mundial de Qatar. El abrazo de afecto. Más importante aún que los lujos y el show de goles en el 5-0 ante un partenaire como Emiratos Arabes, en un partido de entrenamiento.

Eso no significa que Lionel Scaloni no rescató algunas certezas y prueba de ensayo y error (ni tan rigurosa ni mucho menos terminante), como seguramente las tomará de cualquier práctica de fútbol, más allá del escenario. Se probó, por ejemplo, lo que puede aportar Foyth (que al final dejó dudas), cuya inclusión sorprendió, pero que seguramente debe tener que ver con el rendimiento en Champions del jugador de Villarreal antes de su lesión, con su presente, y con su altura, que levanta el promedio de una Selección a la que no le sobra esa condición. La actuación no estuvo, en principio, a la altura de la decisión de su titularidad.

Aún con los altibajos de Foyth, el eje de Argentina desde la derecha creció con el potencial de De Paul (que siempre rinde mejor en la Selección que en su club), los pases de Di María y sus enlaces para que Messi mande.

A Acuña no le fue tan bien, en principio por la otra banda pero después tuvo participación en la jugada del segundo golazo de Di María, mejoró su protagonismo y las alternativas de pase por los costados pasan a ser decisivas para este equipo, ante la ausencia de Lo Celso para enganchar todo y enhebrar naturalmente el juego.

Pero lo que no está no se puede reemplazar. Con Scaloni casi todo se suplanta con el equipo, o con las alternativas que casi siempre elije bien el entrenador. Lo de Mac Allister queda en prueba, y se verá si ese lugar es para Gómez, para él, o según el rival para el propio Julián, con un Di María tirado a la izquierda para llevar a la formación a un clásico 4-3-1-2, con Messi como enlace por detrás eventualmente de Lautaro y Alvarez.

Fue también una prueba lo de los cinco defensores en el segundo tiempo. Ojalá quede solo en eso o para desconcertar, porque ese formato desnaturalizaría la filosofía de este equipo. La gran actuación de Di Maria y su buena recuperación física, y el mandato posicional de Paredes en el medio fueron de esas mejores certezas o confirmaciones para el DT.

La gran jugada con la definición del 10 en el cuarto gol tuvo la participación de Mac Allister, del propio Di María, de Julián. Un lindo sello del campeón de América.

Con los cuidados del caso por las lesiones, con las recomendaciones del propio Arruabarrena para sus dirigidos para no ir fuerte sobre sus compatriotas, fue tiempo de diversión, de juego, de bellos goles, pero también de algunas conclusiones parciales para el entrenador de Argentina.

Algunas dudas, no obstante, quedaron planteadas afuera de la cancha, cuando Scaloni aclaró que “la lista está abierta” hasta el lunes. Y la incógnita tiene que ver con el estado físico y futbolístico de los jugadores que quedaron afuera del banco, como Cutí, Nico o Dybala.

Partido amistoso, de entrenamiento, pero oficial FIFA, para acrecentar un invicto notable que todos deseamos que no termine en Catar. Pero el Mundial es otra historia y empezará a contarse en horas, para la posteridad.

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