
El Maradona de los Cárpatos le decían a Gheorghe Hagi. uno de los mejores jugadores rumanos de la historia, autor de un memorable gol contra Colombia en Estados Unidos, en 1994.
El 18 de junio, en el estadio Ross Bowl, de Los Angeles, más de 91 mil espectadores fueron testigos de aquel formidable remate desde 30 metros, en el que clavó la pelota en un ángulo por sobre la cabeza de Oscar Córdoba. El número 10 de Rumania recibió el balón sobre la izquierda, levantó la cabeza, vio que el arquero colombiano estaba un par de pasos adelantado y sacó el delicioso remate. Maradona le había hecho un gol muy parecido a Fillol en la mañana de un Superclásico en la Bombonera.
Hagi nació un 5 de febrero, como Carlos Tevez y Cristiano Ronaldo, pero antes que ellos, claro, en 1965. Era muy habilidoso y con su pie izquierdo era capaz de las más bellas sutilezas, y de los remates más potentes que rompían los arcos rivales.
Paseó su espectacular juego por el Steaua de Bucarest, el Real Madrid, el Brescia de Italia, el Barcelona y el Galatasaray de Turquía. Jugó tres mundiales para su país: Itaia en el ’90. Estados Unidos en el ’94 y Francia en el ’98. Desde entonces, acabada la generación de futbolistas que ecabezaba él, Rumania no volvió a jugar una Copa del Mundo.
Cuando asomó con su clase en el Steaua varias veces lo tentaron para que abandonara Rumania, pero siempre se negó mostrándose muy leal al régimen comunista de Ceaucescu, que lo premió con autos y casas de regalo. Pero con la caída de los muros no demoró su incorporación al Real Madrid.
Jugó en toda su carrera 485 partidos y marcó 227 goles. En la actualidad tiene una escuelita de fútbol, y es el dueño de un hotel.