
Tiene tres nombres: Nicolás, Hernán y Gonzalo. Un solo apellido: Otamendi. Y un par de apodos: General, por la venia que suele hacer cuando mete un gol y Hostiamendi, por la dureza de su juego, según un periodista madrileño.
Nico Otamendi, nacido en el Talar de Pacheco el 12 de febrero de 1988, es uno de los sobrevivientes de la vieja guardia de la Selección Nacional, junto con Lionel Messi y Angel Di María. Llegará al Mundial de Catar con 34 años, buscando culminar su exitosa campaña futbolística. El primer eslabón de su cadena profesional fue Vélez Sársfield, donde jugó 55 partidos, y siguieron Porto, Atlético Mineiro, Valencia, Manchester City y actualmente Benfica.
En los últimos tiempos parece haberse afirmado en la dupla con el «Cuti» Romero, con quien se entiende muy bien. Scaloni le dio la titularidad por su experiencia internacional, su ascendiente en el vestuario, y su capacidad para el juego aéreo. No es especialmente alto (1,83 mts.) pero se eleva y cabecea muy bien. Tiene encima dos mundiales, los de Sudáfrica 2010 y Rusia 2018, ganó una Copa América, y sumó 88 partidos con la Selección Argentina, lo que lo ubica entre los diez jugadores con más partidos con la camiseta albiceleste.
Está muy feliz en el Benfica, aunque hace poco sufrió un violento asalto en su casa de Aroeira, un pueblito costero, a 24 km. de Lisboa. Varios delincuentes irrumpieron en su casa, lo ataron y se llevaron dinero y varios relojes.
Otamendi sabe que Foyt, Martínez Quarta o Funes Mori pueden pelearle el puesto, pero siente que el de Catar va a ser su Mundial.