Juan José Panno 8 de enero de 2022

Una muy curiosa situación se dio en el Mundial de 1982, en el partido que por el Grupo 4 jugaron en el estadio José Zorrilla de Valladolid Francia y Kuwait.

El partido estaba 3-1 para los franceses, que manejaban el juego con comodidad. De pronto Platini puso la pelota en cortada para Giresse, mientras sonaba un silbato en la tribuna. Los kuwaitíes creyeron que el árbitro había cobrado algo, Giresse quedó cara a cara con el arquero y mandó la pelota a la red. El árbitro, el soviético Miroslav Stupar marcó el centro del campo. Gol. 4-1. Antes de que se reanudara el juego entró a la cancha el hermano del Emir de Kuwait, presidente de la Federación de Fútbol de su país, Fahd Al Ahmad, quien se dirigió resueltamente hacia el árbitro.

No se sabe si lo amenazó, le prometió algo o qué le dijo, lo cierto que el referí marcó pique y no dio por válido el gol. El juego estuvo suspendido ocho minutos ante el reclamo de los franceses, cuyo DT Michel Hidalgo fue expulsado.  Finalmente Bossis marcó un gol más sobre la hora, y Francia terminó ganando 4-1 y no 5-1 como debió ser.

Al día siguiente, el enviado de El Gráfico, Daniel Dátola, entrevistó al jeque árabe. Sus declaraciones completaron el absurdo cuadro de situación. “A mi no me importa si está prohibido o no. Soy impulsivo cuando se comete una injusticia, ese francés estaba adelantado y el mismo árbitro había hecho sonar el silbato”.

La FIFA multó a la Federación de Kuwait con 25 mil francos suizos, el soviético Stupar no volvió a dirigir nunca más y Kuwait cerró su única participación en la Copa del Mundo con un empate (1-1 con Checoslovaquia) y dos derrotas (4-1 con Francia y 1-0 con Inglaterra). 

De Fahd al Ahmad, se supo que años más tarde, en 1990, fue asesinado por las tropas iraquiés que habían invadido Kuwait. ¿Entrará algún jeque al campo de juego en el próximo Mundial?

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