
Luis Artime, el goleador de la Selección Argentina en el Mundial de Inglaterra de 1966 nació el 2 de diciembre de 1938, en Mendoza, y se crió en Junín, Provincia de Buenos Aires. Hijo de un ferroviario, en la adolescencia siguió los pasos de su padre como chapista en el ferrocarril, hasta que el fútbol le abrió la perspectiva de un futuro distinto. Se inició en Independiente de Junín, debutó en Atlanta en 1958, pasó a River, luego ganó títulos en Independiente, en Palmeiras, en Fluminense y sobre todo en Nacional de Montevideo, donde se lo considera uno de los máximos ídolos de la historia. En el club uruguayo ganó tres campeonatos, una copa Libertadores, una copa Intercontinental, fue tres veces goleador del torneo uruguayo y se mantuvo invicto en los 16 clásicos que disputó contra Peñarol.
Típico centrodelantero de los que viven para el gol siempre cerca de los arcos contrarios, muchas veces fue criticado por su poca ductilidad técnica , pero siempre respondió con goles.
Su mayor virtud era la intuición para saber dónde tenía que estar parado, cómo llegar antes a la pelota que los defensores contrarios. “Los goles lujosos y los que se meten con el tobillo y la rodilla valen todos por igual”, argumentaba. Era también un buen cabeceador y tenía como referentes a Rubén Bravo y a Rubén Sosa, dos grandes delanteros de Racing, el club del cual era hincha según siempre declaró públicamente. En su carrera le hizo muchos goles a todos, y también a su querido Racing. 17 goles le hizo y siempre recordaba un partido en River que perdían contra Racing 2-1, y al final terminaron ganando 4-2 con tres goles suyos.
Solía decir que prefería los marcadores que lo encimaban, porque eso le permitía tocar de espaldas, girar hacia cualquiera de los lados y buscar la devolución. Hizo en total 365 goles en 509 partidos en los distintos clubes.
En el Mundial de Inglaterra se produjo su debut en la Selección: le hizo dos goles a España y uno a Suiza. Tres de los cuatro goles argentinos en ese torneo fueron suyos. Siempre fue muy crítico de Juan Carlos Lorenzo, el DT argentino de ese Mundial, del uso del doping en el fútbol, y de los manejos de la AFA, lo que le causó más de un disgusto. Hace unos años sufrió un ACV, lo que no le permite expresarse con facilidad, aunque conserva la lucidez. Luis Artime es el padre de Luis Fabián Artime, también centrodelantero, ídolo y actual presidente de Belgrano de Córdoba.