Misión Catar 2022 13 de diciembre de 2021

Gérson de Oliveira Núñez, una de las figuras de Brasil campeón del mundo en 1970 tiene 80 años. Es comentarista de radio y televisión. Se caracteriza, en estos días, por su lengua filosa. Hace poco dijo que en la Selección Brasileña de 1970 Neymar no podía jugar ni de suplente. Cuando jugaba también era un abonado a la polémica. Todos reconocían su capacidad de organizador en el medio campo, pero se le criticaba la violencia con la que solía disputar las pelotas divididas, lo que hizo que lesionara a varios rivales. También se le cuestionaba que hablaba demasiado con sus compañeros en los partidos. Lo llamaban Papagayo.   

Hijo y nieto de futbolistas profesionales, tuvo un gran maestro en Zizinho, uno de los delanteros brasileños del Mundial de 1950, muy amigo de su padre. Otro de sus referentes fue Didí. Le fascinaba su pegada y la manera de enviar pases largos, certeros y espectaculares. Por aquel entonces, era un joven futbolista zurdo que se empezaba a destacar en Flamengo, gracias a su mezcla explosiva de velocidad, fuerza, agresividad y talento. En 1962 lo convocó Aimoré Moreira para participar en el Campeonato Mundial de Chile. Ya se le conocía por Canhotinha de Ouro (Zurdo de Oro), pero una lesión, su punto débil en su trayectoria futbolística, hizo que su sueño se retrasase cuatro años más.  En Inglaterra ’66  jugó poco, pero la consagración definitiva le llegaría en el siguiente Mundial.

En abril de 1970, Brasil se medía a Bulgaria en un partido amistoso, y al técnico Joao Saldanha no se le ocurrió otra cosa que dejar en el banco a Pelé. Sostenía que Pele era miope y también decía que Gerson tenía problemas psicológicos. Gerson, uno de los acusados, volvió a mostrar su personalidad: “Este Mundial lo va a ganar Brasil. La única manera que no lo ganemos será rompiéndole una pierna a Pelé, un brazo a Tostao, la cabeza a Rivelino o quebrando mis rodillas. Aquí hay mucho periodista interesado en que fracasemos, pero eso nos motiva aún más”. Tres días después, Mario Zagallo reemplazaba a Saldanha como seleccionador. Gérson, lesionado en el gemelo derecho, disputó el primer partido, ante Checoslovaquia, y no volvería a aparecer hasta los cuartos de final. De ahí hasta el final la rompió.

También jugó en Botafogo, en San Pablo, Fluminense, equipo que adoraba desde niño y donde se consagró como el mejor especialista en tiros libres. Antes de retirarse se vio envuelto en una gran polémica cuando hizo un aviso publicitario de una marca de cigarrillos. Gérson fue un fumador empedernido en toda su carrera, y se le reprochaba que daba un mal ejemplo a los jóvenes. Pero él ni se mosqueaba. Gérson va a comentar, seguramente los partidos del próximo Mundial.

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