Alfredo Di Stéfano es considerado por la FIFA uno de los cuatro mejores jugadores de fútbol del siglo XX, junto al brasileño Pelé, el argentino Diego Maradona y el neerlandés Johan Cruyff. También fue elegido el cuarto mejor jugador del siglo XX por la Federación Internacional de Historia y Estadística, así como el mejor jugador español del siglo XX.

Es curioso que pese a todas estas distinciones y reconocimientos, Di Stéfano no pudo jugar un solo partido de la Copa del Mundo ni para Argentina, su país natal, ni para España, su país de adopción.

En 1950 y 1954 pudo haber jugado por Argentina, pero las autoridades de su país decidieron no formar parte de esos mundiales. En 1956 adoptó la nacionalidad española y jugó algunos partidos de las eliminatorias, pero España no logró la clasificación.

En 1962 fue cuando estuvo más cerca. Formó parte del plantel que viajó a Chile bajo la conducción de Helenio Herrera, pero sufrió una lesión en el anteúltimo partido de preparación y se quedó con las ganas. Fue una gran frustración porque había invitado a sus padres a Chile para que vieran el Mundial, pero no pudo recuperarse de una lesión que él le atribuyó a la obsesión de Herrera por hacerlo bajar de peso, lo que lo hacía sentirse débil. 

Alfredo Di Stefano, un jugador de toda la cancha, notable goleador fue múltiple campeón con River, con Millonarios de Colombia y con el Real Madrid, y logró el Sudamericano de 1947 con Argentina, su única conquista a nivel de selecciones.

Tras retirarse del fútbol profesional, se dedicó a la conducción técnica. Dirigió al Elche, Boca Juniors, Valencia, Real Madrid, Sporting de Lisboa, Rayo Vallecano, Castellón y River Plate. En su carrera como técnico consiguió un Campeonato Nacional y una Copa Argentina con Boca Juniors, un Campeonato Nacional con River Plate, una Liga española y una Recopa de Europa con el Valencia, y una Supercopa de España con el Real Madrid.

En el libro Gracias Vieja de la Editorial Aguilar escribió sus memorias con la ayuda de un periodista español. Ahí, en el epílogo resume su estilo de vida en una frase: «Lo mío ha sido siempre tarea de muchos». Había nacido en Buenos Aires, el 4  de julio de 1926. Murió en Madrid el 7 de julio del 2014, unos días después de haber cumplido 88 años.