
Con lo difícil que es hoy encontrar buenas noticias. El lector apasionado busca y rebusca, da vueltas como un trompo en la red mendigando una noticia que le traiga cierta satisfacción en la telaraña de información, sobre información, fake news, tendencias, sentencias y opiniones. No es tarea fácil. Hasta que por ahí el fútbol enciende una luz y deja entrever la posibilidad de encontrar algo bueno en esta Selección argentina que empieza a caminar con más buenas intenciones que resultados contundentes. Es posible que sea necesario valerse de una lupa para lograr el objetivo, pero ahí va el resultado:
1.- Apareció un arquero interesante. Muy pocos futboleros de esta parte del mundo conocían a Emiliano Martínez hace un mes. Y hoy es una de las más agradables sorpresas del fútbol argentino. Tras el largo reinado de Romero que terminó en la puerta del último Mundial, se alternaron en el arco una buena cantidad de arqueros con cierta supremacía de Armani, aunque sin descollar ni entregar la seguridad que el puesto exige. Mientras tanto Martínez, surgido en las inferiores de Independiente bajo el ojo siempre atento de Pepé Santoro, desarrollaba una carrera interesante en la Premier League. Hasta que le llegó el turno y, hasta ahora, cumplió. Demostró destreza con la pelota en los pies (condición indispensable hoy para un arquero de primer nivel) y seguridad con las manos. Dejó claro que es muy bueno cuando sale a buscar los centros y todavía no tuvo ningún mano a mano nítido como para evaluarlo en ese ítem, como tampoco debió volar para sacar una pelota del ángulo, dos rubros que sí aprobó en el Arsenal y en el Aston Villa. Otra a su favor: no le pesa el puesto y transmite tranquilidad con sólo mirarlo.
2.- Cristian Romero puede ser el central que tanto se esperaba. Otra sorpresa agradable. Romero llegó a esta nueva convocatoria de la Selección con la chapa de ser nombrado como el mejor defensor de la Liga italiana, pero el aficionado común que pone TyC Sports o la TV Pública para ver a Argentina no lo tenía ni de cara. Y, además, había que ver si se bancaba eso de ponerse una camiseta pesada y jugar al mismo nivel que en el Atalanta. Pero no dejó dudas el Cuti. Es un tiempista capaz de anticiparse a la jugada, cabecea bien en defensa y en ataque, es duro en la marca, siempre está donde la jugada pide que esté y tiene la personalidad suficiente como para salir jugando con la cabeza levantada o irse con todo al ataque cuando la situación es favorable. Está acostumbrado a enfrentarse con delanteros de primer nivel y eso le da un plus si tiene que marcar a Suárez, Cavani, Alexis Sánchez o, quizás, Neymar y Gabriel Jesús.
3.- Hay dos volantes centrales y el mediocampo por momentos entusiasma. Paredes es un gran jugador. Su presente en el PSG no admite discusiones y su presencia como el 5 de la Selección no desentona. Que haya comenzado su carrera como enganche quizás no le permitió desarrollar el oficio de volante central, pero como iniciador de jugadas es uno de los mejores porque sabe pasar la pelota con seguridad y siempre se muestra como alternativa de pase. El otro 5, Guido Rodríguez, sí tiene oficio. Aunque no llega a tener la clase de Paredes, juega muy bien con la pelota en los pies y cuando él está en el medio todo el equipo gana en seguridad porque sabe quitar, se mete con criterio entre los centrales si es necesario, ataca sin desordenarse y ya demostró que puede hacer goles. Con cualquiera de los dos, el mediocampo de la Selección tuvo buenos momentos que coincidieron con los momentos que mejor jugó el equipo. Cuando De Paul y Lo Celso tienen como premisa recuperar la pelota en el campo contrario para iniciar los ataques a puro toque junto a Messi, dan ganas de aplaudir. Cuando pierden la pelota y tienen que retroceder, aparecen los nubarrones oscuros. Falta ver cuál de las dos tendencias predomina sobre la otra. Y ahí está en juego la posibilidad o no de que este equipo se enderece con un rumbo definido o no.
4.- Existe un balance necesario entre la renovación y la experiencia. Lo dijo De Paul: “Lionel, el Kun, Angel y Nico nos marcan el camino a los más jóvenes”. Después de perder contra Francia en Rusia a muchos les salió del alma el grito “que se vayan todos”. Fue como el final de una era. Pero las renovaciones precisan una guía. Y los sobrevivientes de aquella era se hicieron cargo de ese rol. Messi, Agüero, Di María, Otamendi y, en menor medida, Tagliafico aportan todo lo vivido para que los nuevos entren a la cancha sabiendo lo que significa jugar en la Selección argentina. Además, todos ellos juegan en el máximo nivel del fútbol mundial con actuaciones destacadas. No están en el plantel sólo porque tienen chapa, también los respalda un presente brillante. Y aportan desde el lugar que les toque sin malas caras ni actitudes de divos. De hecho, sólo Otamendi y Messi son titulares. Pero el resto sirve como espejo y además exige desde su presencia para que, por ejemplo, Lautaro Martínez sepa que tiene detrás al goleador histórico de la Selección y Nico González entre a la cancha conciente de que está dejando en el banco a uno de los mejores del mundo en su puesto.
5.- Messi. No hace falta agregar mucho. Messi juega para Argentina y por eso Argentina mantiene la chance cierta de ganar lo que sea. Es el mejor futbolista del mundo, hace 15 años que juega en un nivel superlativo y cada tanto se sube al techo de su rendimiento, como contra Uruguay. En este equipo tiene la libertad absoluta para ubicarse donde crea que es conveniente hacerlo y desde ahí, de donde él elija, empieza cada uno de los ataques. Siempre hace lo que la jugada le pide. Asiste, toca, gambetea, patea al arco, pone la pelota debajo de la suela, presiona la salida, se tira a la derecha, sorprende por la izquierda, busca por el medio… No se le puede pedir más. Algún día, ojalá sea después del próximo Mundial, Argentina se va a quedar huérfana de Messi y va a pasar a ser un equipo más del montón que ahora.
¿Quedan señales negativas? Obvio. Pero de malas noticias se construyen los medios de comunicación y las redes sociales en estos tiempos pandémicos. La idea desde este rinconcito minúsculo es resaltar un puñado de buenas noticias que entrega la Selección argentina. No es poco ¿eh? En otros rubros es todavía más difícil encontrarlas.